domingo, 11 de octubre de 2009

No creo en ti


-¡No puedes hacerme esto!- me gritó lleno de rabia
-Si que puedo, tengo todo el derecho a hacerlo- le quise explicar con tranquilidad, esa que en ese mismo momento no es que tuviera mucha
-¡No puedes! Mery yo te quiero- me dijo como si él creyera sus palabras
-¿Me quieres?- él asintió con la cabeza-¡Como puedes ser tan mentiroso!
-Mery, yo no te estoy mintiendo. Te lo digo de verdad. ¡Lo juro!- puso su mejor cara de ángel
¿De verdad se pensaba que le iba a creer? ¿Pensaba que iba a caer otra vez como muchas veces había hecho antes para recibir una mentira detrás de otra? ¿Pensaba que me iba a engañar otra vez?
Yo había creído en él y él me había traicionado una vez detrás de otra.
-Te creo-su cara se iluminó- pero no te voy a perdonar. No te voy a perdonar otra vez tu “error” de llegar tarde.
-Mery, todas esas veces fueron errores. Por favor, perdóname. Dame otra oportunidad. Te prometo que esta vez voy a ser el novio perfecto.
-¡No!- grité con lágrimas en los ojos. No podía aguantar más esta situación. Es el mayor mentiroso que había visto nunca antes.
-¿Por qué no?- pregunto incrédulo por mi reacción
-¿Por qué? ¿Tienes la poca vergüenza de preguntarme el porque?
Esto se me había sobrepasado. Él sabía todo lo que había hecho y no tenía la voluntad para decírmelo.
-Yo te…
No le deje terminar, no podía oír más mentiras de esa boca a la que tantas veces había besado y que no había sido la única.
-¡Hemos terminado! ¿Entiendes? ¡Terminado! ¡No me llames, no me busques! ¡Vete de mi casa!
Y así lo eché de mi casa y de mi vida para siempre. Acababa de dejar de ser esa chica tonta que siempre lo perdonaba. Esa chica que le daba más oportunidades de las que se merecía. Esta vez no iba a perdonarlo. Ni ahora ni nunca porque tenía claro que él acababa de salir de mi vida con la velocidad con la que había entrado. Mi camino había empezado ahora mismo y en una dirección contraria a él.